Viajes

Aquella mañana no habría de ser como las demás. Lo planificado era visitar un Caravanserai. Para los turistas sería una «reconstrucción» de ese edificio. Pero ya hacía unos días que tratábamos con el guía, que lo era además de equipos de Arqueología. Al recogernos en el hotel, y después del saludo, se nos quedó mirando a Silvia y a mí, e indagó: «Hoy tenemos la visita a un Caravanserai restaurado. Si queréis puedo llevaros a uno auténtico, que no es visitado por el turismo y que conozco bien, os iré explicando cómo se construyó, las partes y sus funciones».

En un gesto automático torcimos la cabeza y Silvia y yo quedamos mirándonos: comprendí que la decisión quedaba a mi juicio.

En segundos analicé la propuesta. El «riesgo» que corríamos al ponernos en manos de un desconocido era enorme, pero mis años de experiencia en el trato con las personas, mi afán de conocimiento y mi espíritu aventurero, me hicieron tomar el camino de un «riesgo calculado«.

Entrada al Caravanserai

Mi intuición no me falló y el viaje desde Estambul a un Caravanserai en algún lugar de la sabana turca quedó atrapado en mi memoria. Sé que este viaje , cargado de emociones, se convertirá en un artículo pendiente en esta bitácora.

Iré añadiendo ubicaciones conforme vaya publicando artículos. También añadiré lugares que visite.